China ha pasado de ser la fábrica del mundo a uno de los inversores más codiciados. Aprovechando la fase de expansión de sus compañías, Cataluña trata de captar al menos un pellizco de sus inversiones globales, que en Europa rebasan los 7.500 millones de euros, según Esade. La adquisición de Miquel Alimentació por la compañía pública Bright Food para convertirla en una plataforma de distribución internacional ha sido la última pica de un país cuyas empresas también han inyectado capital en el sector industrial (Huayi, Blue Star o CCIC), del gran consumo (Lenovo) o en inmuebles.
El sector exterior ha sido un maná para sobrevivir y salir de la recesión. Solo en el primer semestre de este año el capital foráneo se multiplicó por cinco y alcanzó los 1.959 millones de euros, según el Ministerio de Economía. Los primeros inversores siguen siendo Alemania (305 millones) y Reino Unido (177 millones), además de Luxemburgo y Holanda, que tradicionalmente aparecen en los primeros lugares al canalizar capitales por sus ventajas fiscales. Muy lejos de esos volúmenes está todavía China, pero su aterrizaje en Cataluña ya es un hecho.
La última gran adquisición china en Cataluña ha sido la Miquel Alimentació, con sede en Vilamalla (Alt Empordà) que factura alrededor de 900 millones de euros y emplea a 2.500 trabajadores. La operación protagonizada por el gigante de la alimentación Bright Food, que el diario China Maily valoró en 110 millones de euros, supone un cambio de propiedad de la empresa familiar con una antigüedad de 90 años. La estrategia de la compañía china pasa por hacer de Miquel Alimentació una plataforma no solo para distribuir en España, sino también para importar y exportar al país asiático.
En los últimos cuatro años las exportaciones catalanas se han incrementado desde 2010 el 66,8%, hasta 101,1 millones de euros, con una cuota del 2,5% sobre el total. Hasta julio de este año las ventas a ese país rebasaron esa cifra, hasta 110,9 millones, lo que supone un incremento respecto al mismo periodo del año anterior del 20,4%. Sin embargo, Cataluña todavía compra mucho más: en julio las importaciones tuvieron un valor de 689 millones de euros, el 24,9% más que hace un año. La cuota de mercado de China es del 9,8%, superior a la de Francia o Italia.
Joan Dedéu, presidente de China Consultants, explica que “uno de los puntos estratégicos de China reside en globalizar la inversión”. “Llevo años advirtiendo de que China ya no es solo la fábrica del mundo, sino un mercado de consumo de primer orden y un inversor internacional”. Una de las mayores inyecciones de capital en Cataluña ha sido la de Hutchinson en la terminal BEST (Barcelona Europe South Terminal). El grupo invirtió el año pasado 150 millones para ampliar esas instalaciones.
Pero esa no es la única inversión del gigante asiático en Cataluña. En 2007 la compañía Blue Star ya adquirió una fábrica de siliconas industriales en Santa Perpètua de Mogoda (Vallès Occidental) que antes había sido propiedad de la francesa Rhone Poulenc. También en el sector industrial la sociedad Huayi adquirió la unidad productiva de Cubigel, en Sant Quirze del Vallès, por 600.000 euros. La última operación de calado en ese sector fue la apertura por parte de la empresa estatal CCIC Group de su primer laboratorio europeo de inspección y certificación de productos en la Zona Franca. Aunque primero se dedicará sobre todo al sector del automóvil, más adelante también lo hará con el textil.
El profesor de Iese Pedro Nueno explica que las compañías de ese país están interesadas en todos los sectores. “Se ven adquisiciones en el sector farmacéutico, en el del automóvil y componentes, en alimentación o en inmobiliario”, asegura. Un fondo de Hong Kong ha protagonizado, de hecho, dos operaciones de calado al comprar la antigua sede de Telefónica en la avenida de Roma por 56,4 millones y la sede de Convergència en la calle de Còrsega. También ha habido interés por el segmento turístico y del juego. Uno de los operadores que está en el proyecto de BCN World, por ejemplo, es el gigante del juego Melco, con sede en Hong Kong.
Dedéu reconoce el esfuerzo que han hecho las empresas catalanas en China, pero asegura que todavía “podría hacerse mejor”. “Hay que hacer una presentación exhaustiva y sobre todo un seguimiento intensivo de los proyectos. Y lo importante: hacerlo en chino. Si se siguen esos pasos, hay muchas oportunidades en este mercado”, asegura Dedéu. Nueno sostiene que España no es aún un país “demasiado conocido” en China y recuerda que “tampoco tiene la mejor imagen posible”. Aun así, augura más operaciones protagonizadas por actores de ese país en Cataluña.
Fuente: El País
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